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EL PRIMER GRAN ÉXITO DE PUCCINI

En la última semana de febrero podremos ver, en la 64 Temporada de la ABAO, la representación de la ópera Manon Lescaut, con Ainhoa Arteta en el papel de Manon y Gregory Kunde en el del Caballero des Grieux, bajo la Dirección Musical de Pedro Halfter y la Escénica de Stephen Medcal, en una producción del Teatro Regio di Parma. La segunda juventud de Kunde es algo maravilloso, ya que con más de 60 años le estamos viendo representar papeles que son tradicionalmente para cantantes de 30, y lo está haciendo ¡estupendamente! Por cierto que este papel fue el de su debut en el MET de Nueva York, hace más de 30 años.

En el año 1893 Puccini estrena su tercera ópera, Manon Lescaut, el día 1 de febrero, en el Teatro Regio de Turín. Tenía 35 años y podríamos decir que «se lo estaba tomando con calma». Su ópera anterior, Edgar, la había estrenado cuatro años antes en el Teatro alla Scala de Milán y había sido un fracaso. Nuevamente contaba con el apoyo de Giulio Riccordi, pero éste no estaba dispuesto a repetir el fracaso ante el exigente público de la Scala; por ello el estreno es en Turín, y esta vez será un gran éxito, uno de los mayores de la carrera de Puccini.

Como quiera que Puccini pensaba que el fracaso de Edgar se debía a la debilidad del libreto, en Manon Lescaut decide cuidarlo especialmente. Va a nacer la leyenda de los problemas de Puccini con sus libretistas. Y no es para menos: Riccordi le entrega un libreto de Ruggero Leoncavallo, que no le gusta nada; a continuación contratan a Marco Praga y Doménico Oliva, que discuten con Puccini y abandonan el proyecto; interviene en el libreto el propio Riccordi y también Puccini, y por fin lo acaban Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, que luego serán los libretistas en sus tres óperas principales. El resultado es un texto híbrido y sin paternidad, al extremo que no aparece el autor del libreto en los carteles del estreno.

La obra se basa en una novela del Abate Prévost, Histoire dû Chevalier des Grieux et de Manon Lescaut, de la que hablaremos en un post posterior. La elección del tema fue una apuesta bastante arriesgada porque ya existía otra ópera reciente sobre el mismo asunto, la Manon de Massenet, que triunfaba desde 1884. Riccordi no entendía que el tema elegido fuese ese, a lo que Puccini respondía:

Massenet siente a Manon, como francés que es, con los polvos de tocador y los minuetos; yo la siento, como italiano, víctima de una pasión desesperada.

En definitiva, Puccini quería contraponer a una Manon de peluca empolvada otra de carne y hueso. Lo curioso es que esa idea de volver a hacer óperas ya existentes (los remake del cine) no se acaba en Manon Lescaut. También ocurrirá con La Bohème, de la que ya existía una de Leoncavallo, Tosca, que había sido hecha por Franchetti, e incluso Turandot, por Ferruccio Bonsani. Bien es cierto que en estos tres casos las versiones de Puccini eclipsaron las anteriores, que prácticamente nadie recuerda, mientras que las dos Manon compitieron muchos años y hasta la mitad del siglo pasado era más popular la de Massenet, especialmente en Francia y Europa Central.

La obra fue un éxito en Italia, y en pocos meses se representaba en España, San Petersburgo, Sudamérica, Praga y Busapest, Reino Unido y Austria, para pasar después  a Estados Unidos. Tardará más en estrenarse en Francia (1909), donde se prefería a Massenet.

Y el éxito de esta ópera lleva aparejado que la crítica declare, inmediatamente, que Puccini  es el sucesor de Verdi, ganándole la partida a otros jóvenes compositores prometedores como Mascagni, Ponchielli, Giordano o Cilea. No debió ser ajeno a ello Giulio Riccordi, ya que Puccini  era su pupilo mientras que, por ejemplo, Francesco Cilea lo era de su rival en la Edición, Sonzogno. Todo ello dicho sin quitarle ningún mérito a Puccini, que los tiene y muchos.

Se vió, además, que había ciertos paralelismos entre Verdi y Puccini, como que ambos triunfaron con su tercera ópera (Nabucco, en el caso de Verdi), después de haber fracasado en la segunda (Un giorno de Regno). Se dió la circunstancia de que Verdi estrenó ese mismo año su última ópera, Falstaff, cuando ya contaba nada menos que 83 años.

Podemos destacar algunas características generales de esta ópera, de las que varias continuarán presentes en el resto de la obra de Puccini:

  • Influencias wagnerianas, llegadas a Italia con Arrigo Boito, y además experiencia personal del propio Puccini, que asistió varias veces al Festival de Bayreuth comisionado por Riccordi. Quizás la influencia mayor sea la música cromática de Tristán, y la utilización de leit-motiv asociados a los personajes y que suenan incluso anticipándose a su salida a escena
  • Influencia francesa: que se aprecia en que no existe ninguna aria espectacular, sólo breves pasajes cantados por los solistas. De los recitativos surgen pequeños números melódicos. Además en la ópera francesa hay una gran preocupación por la ambientación musical que Puccini desarrolla cuidadosamente
  • Herencia de la tradición melódica italiana. A pesar de que su música es muy moderna y muy ecléctica, los pequeños números melódicos (pequeños en duración) son claramente italianos y continuación de los hallazgos de sus antecesores
  • Música con claras influencias impresionistas, al estilo de Claude Debussy. Aunque El preludio a la siesta de un fauno es una obra de septiembre de 1893, y por tanto posterior al estreno de Manon Lescaut, no cabe duda de que Puccini estaba interesado por las ideas de los compositores franceses impresionistas
  • Heroínas puccinianas, mujeres fuertes en su debilidad, desgraciadas generalmente, que afrontan estoicamente su destino. Se dice que Puccini se enamoraba de cada una de sus heroinas, desde luego de Manon, Mimi, Floria Tosca y Cio-Cio-San (Butterfly)
  • Creación de auténticas bandas sonoras, como las que se usarán 30 años más tarde en el Cine, a pesar de que en 1927 (3 años después de la muerte de Puccini) será la primera vez que se integre una banda de sonido (la banda sonora) en el celuloide de la película. Oyendo con atención Manon Lescaut podemos apreciar cuantos elementos de futuras bandas sonoras están contenidos en su música

Para terminar este post incluimos un enlace que nos muestra una maravillosa Introducción a la música de Manon Lescaut hecha por el Maestro Antonio Pappano que es actualmente el Director Titular de la Royal Opera House del Covent Garden londinense así como el Director de la Orquesta de la Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma.

 

Antonio Pappano introduce la música de Manon Lescaut

Un pensamiento en “Manon Lescaut (I)

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