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Inauguramos los posts dedicados a los Grandes Intérpretes de la Historia de la Ópera con la increíble soprano italiana Giuditta Pasta (Saronno 1798-Blevio, lago de Como, 1865) que podemos considerar como la primera Diva de la historia de la ópera. Además, junto a Isabella Colbran, María Malibrán, Giuseppina Ronzi de Begnis, Giulia Grisi, Pauline Viardot y Henriette Sontag, forman una generación de sopranos extraordinarias, musas de los grandes compositores del Bel Canto, Rossini, Donizetti y Bellini, para los que estrenaron sus principales obras, muchas de ellas hechas a su medida.

Esta generación de sopranos significó, por otra parte, el paso del cetro de la ópera sería de los Castrati a estas nuevas figuras emergentes. Como lo que se admiraba de los Castrati era, sobre todo, su capacidad sobrehumana de aunar una voz aguda, de mujer, con una fuerza de hombre, derivada de la capacidad pulmonar (no afectada por la castración), no es de extrañar que lo que se pida a la nueva figura es aunar, también, unos buenos agudos con un centro oscuro y fuerte, tipo contraltino. Nace así el concepto de soprano sfogatto o soprano assoluta.

La vida y los grandes éxitos de Giuditta Pasta

Aunque en los comienzos de la cantante, después de un período de buena formación, no todo fueron éxitos, sin embargo ya triunfa en Venecia en 1819, cuando sólo contaba 21 años. Dos años más tarde, en 1821, triunfa en París con obras de Rossini: La gazza ladra, Otello, Moise in Egipto, Elisabetta Regina d’Inghilterra. En 1829, triunfará en Viena con Semiramide, de Rossini. 

Además de su voz, inmensa, tenía una figura bellísima y grandes dotes actorales, que la convirtieron en la más importante cantante-actriz de su tiempo. Hubo varios roles titulares que fueron creados por ella y para ella por los grandes compositores del Bel Canto:

  • Anna Bolena, en la ópera del mismo título que Donizetti estrenó en 1830 en el Teatro Carcano de Milán. Compartía cartel con el mítico tenor Govanni Battista  Rubini
  • Amina, en La Sonnambula de Bellini, que estrenó también en el Teatro Carcano de Milán y también con Rubini, en marzo de 1831
  • Norma, en la ópera del mismo título de Bellini, estrenada a finales de 1831 en el Teatro alla Scala de Milán, en este caso con el tenor Domenico Donzelli en el papel de Pollione
  • Beatrice di Tenda, en la ópera de Bellini del mismo título, estrenada en La Fenice de Venecia en 1833

En el estreno de La Sonnambula, se produjo, según cuentan las crónicas, una especie de enamoramiento colectivo de Giuditta Pasta por parte de todo el público. Su voz, su gracia, su figura, todo atraía irremediablemente. Stendhal dijo de ella que poseía «el mayor talento trágico que he visto». En ella todo era puro y verdadero. Y es que quizás su voz no fuera del todo homogénea (postulado fundamental en el clasicismo de Mozart) pero su arte era mucho más que una voz.

Como explicaremos después, la voz de Pasta se caracterizaba por tener un registro amplísimo, que iba del Sol3 al Do#6, pero ese registro no era natural, lo que le costó la voz y tener una carrera relativamente corta, hasta 1837, un total de 16 años. Por supuesto, su voz no era homogénea en tan amplía tesitura y presentaba diferencias de color.

Cuando se retiró, después de algunos fracasos y cancelaciones, una colega suya, Pauline Viardot, la hija pequeña de Manuel García, dijo:

Es como la Última cena de Leonardo da Vinci en Milán, la ruina de un cuadro pero del más grande cuadro en el mundo.

Fue redescubierta por Rosa Ponselle (Conneticut 1897 – Baltimore 1981) hacia 1925 y por María Callas, en los años 50s del pasado siglo.

La voz de soprano sfogatto 

Como hemos dicho más arriba, este tipo de sopranos se caracteriza por una inusual amplitud en su registro vocal. Iba desde el Sol3, que es una nota de Contralto, hasta el Do#6, que es una nota sobreaguda de Soprano. Sin embargo, hay que hacer notar que la afinación del diapasón en el siglo XIX no era la misma de la actualidad, con una diferencia de al menos un tono, por lo que ese Do6 hoy no pasaría de un Si5. 

Su timbre era oscuro, como el de una Contralto, con un centro de voz poderoso. Poseían, desde luego, gran agilidad vocal, que les permitía grandes alardes «pirotécnicos» en los pasajes de colaratura, y una gran técnica de respiración que les servía para los largos legati, en Donizetti o Bellini.

Como ya hemos dicho, eran voces poco naturales y forzadas en extremo. En general se trataba de Contraltos que conseguían notas sobreagudas gracias a una buena técnica y mucho esfuerzo. Y eso que realmente no llegaban a las notas que hoy consideramos sobreagudas, como Re#6 Mi6, pero tampoco se lo pedían los compositores. Será Adelina Patti, en los albores del siglo XX, quien marque ese camino de los sobreagudos.

Sólo cabe hablar de sfogatto en el ámbito del Bel Canto de Rossini, Donizetti y Bellini. El punto de vista moderno es que estas sopranos eran en realidad Mezzo-sopranos,  categoría de cantantes que no existía en esa época. Posteriormente, los autores no escribieron más papeles para ese tipo de cantantes, quizás con la única excepción del papel de Lady Macbeth, en la ópera Macbeth de Verdi.

La generación de sopranos assoluta

De estas sopranos se llegó a decir que podían cantar cualquier papel en cualquier repertorio, por ser voces ilimitadas. De ahí viene el nombre de soprano assoluta.

Hagamos un pequeño apunte del resto de representantes de esta categoría en los primeros 40 años del siglo XIX:

  • Isabella Colbran (Madrid 1785 – Bolonia 1845). Fue la primera. Amante y luego esposa de Rossini, fue su musa y una de las mejores intérpretes de su obra. Le escribió casi todos los roles titulares, hasta Semiramide en 1823
  • María Malibran (París 1808 – Manchester 1836), fue la hija mayor de Manuel García y una de las más grandes. Llegó a ser «víctima» en Italia de una Malibrán-manía que rayaba en la histeria colectiva. En sólo 8 años de carrera tuvo una vida plena y algo escandalosa y un final prematuro. Muy asociada con la obra de Rossini, también cantó a Bellini con gran éxito
  • Giuseppina Ronzi de Begnis (Milán 1800 – Florencia 1853). Fue considerada la segunda Donna Anna, en el Don Giovanni, después de Sontag, y la segunda Norma, después de Pasta. Estrenó 5 papeles estelares de Donizetti, entre ellos María Estuarda, en la ópera del mismo título, y Elisabetta en la ópera Roberto Devereux
  • Giulia Grisi (Milán 1811 – Berlín 1869). Fue la primera Adalgisa, en Norma de Bellini, así como la primera Elvira en Puritani
  • Pauline Viardot (París 1821 – 1910). Fue la hija pequeña de Manuel García y la hermana de la Malibrán. Más joven que las anteriores, y con una carrera más larga, cantó a Meyerber, Camille Saint-Saëns, Massenet, Gounod y Fauré, entre otros. Fue la primera extranjera que cantó el repertorio italiano en Rusia y ayudó a llevar la música rusa a Occidente. Mantuvo un largo idilio con el escritor ruso Iván Turgeniev
  • Henriette Sontag (Coblenza 1806 – México 1854). Según Rossini era la voz más pura de soprano que él jamás escuchó. En 1823 estrenó en París El cazador furtivo de Carl María von Weber, en el papel de Agathe, (estrenada en Leipzig en 1821), y en 1824 cantó, en el estreno, la parte de soprano del Cuarto Movimiento de la 9ª Sinfonía de Beethoven. En París fue una gran rival de la Malibrán, aunque acabaron siendo grandes amigas. Dominaba menos el registro grave que su competidora

Conocidos las principales características de estas 7 sopranos, incluyendo lógicamente a Pasta, me voy a atrever a compararlas y a expresar ciertos paralelismos con cantantes de nuestra época:

  1. Colbran fue la primera, la mayor en edad, y bajo la protección  de Barbaja y de Rossini. Realmente no compitió con las demás
  2. Pasta y Malibrán debieron ser algo así como Tebaldi y Callas, muy buenas y muy distintas. Ambas las nº 1 y difícil decantarse por una de ellas
  3. Sontag debió ser más parecida al concepto de soprano actual. Debía cantar muy bien, al extremo de que Malibrán se desesperaba diciendo ¿Por qué cantará tan bien?
  4. Ronzi de Begnis fue muy buena, pero menos que las anteriores, la 2ª Norma o la 2ª Donna Anna
  5. Grisi aprovechó el momento cuando ya no estaban en plenitud sus colegas, como es el caso de su estreno de I Puritani
  6. Viardot es de otra generación y posiblemente una mezzo como hoy las entendemos

LR de YouTube 

Para aproximarnos a lo que debió ser la voz y la obra de Pasta hemos preparado una LR de YouTube que nos va a ayudar en ese empeño. Obviamente no tenemos testimonios fonográficos de la voz de Pasta, por haberse retirado en 1837 mientras el fonógrafo se inventó en 1877, por Thomas Alva Edisson en América, es decir 40 años después de que dejase de cantar Giuditta Pasta. Sin embargo hay diversas referencias de contemporáneos que nos dan una idea, más o menos precisa, de lo que debió ser su voz. En esa LR podemos oír (y ver en algunos casos) lo siguiente:

  • La Sonnambula, Vincenzo Bellini, Ah! Non giunge uman pensiero, Maria Callas (1957). Este fue el éxito que lanzó a Pasta al estrellato en 1831.
  • Norma, Vincenzo Bellini, Casta Diva, versiones de Rosa Ponselle (1927), María Callas (1960), Joan Sutherland (1977) y June Anderson (1999). Este fue el papel de la consagración de Giuditta Pasta también en 1831
  • Anna Bolena, Gaetano Donizetti, Piangete voi …… Al dolce guidami ……. Coppia iniqua, versiones de Leyla Gencer (1958) y Elena Mosuc (2007). Este fue el papel anterior, 1830, en el que Giuditta Pasta cimentó su popularidad
  • Beatrice di Tenda, Vincenzo Bellini, Angiol di pace, versiones de Leyla Gencer (1960) y Joan Sutherland (1966). Fue el último estreno de Bellini que Pasta realizó, el 16 de marzo de 1833
  • Nina, Giovanni Passiello, Il mio ben. Esta aria de entrada de Nina está cantada por una joven Teresa Berganza (1959). Si bien este aria, de 1789, no fue hecha, obviamente, para Pasta, sin embargo le gustaba mucho cantarla
  • Medea in Corinto, Giovanni Simone Mayr, Sommi Dei, en la interpretación de Marisa Galvany. Este aria fue hecha para Isabella Colbran, en 1813, pero también la cantaba Pasta con frecuencia
  • Il trovatore, Giuseppe Verdi, D’amor sull’ali rosse, cantada por Felia Litvinne (1911), discípula de Pauline Viardot. Evidentemente Pasta no la cantó nunca, pero la voz de Felia puede ser una referencia de la de Pasta, aunque yo me inclino mucho más porque lo es de la de la Malibrán 


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Giuditta Pasta

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