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E la donna …. la donna perdonata s’alzò

En este segundo Post de la serie Stiffelio vamos a analizar tres aspectos de esta ópera:

  • Su argumento, que desarrollaremos un poco, por ser una obra poco conocida, al mismo tiempo que señalamos los momentos musicales más importantes de la ópera
  • Sus personajes principales, con sus características más destacadas
  • El gran tema del perdón, que la recorre desde la primera escena hasta la última

Argumento

La obra se desarrolla en las cercanias de Salzburgo, en el castillo del conde Stankar, en las orillas del río Saalach, y en la iglesia y cementerio de los Protestantes Asasverianos, en las proximidades del castillo.

Acto 1º – Cuadro 1º : En la sala del castillo de Stankar

Al comienzo de la ópera Jorg, un Pastor ya retirado, está leyendo, sólo, un libro, El Mesias de Klopstock, admirándolo (¡Oh, palabras proféticas! …). Levantándose y dejando el libro, Jorg piensa en Stiffelio, que acaba de llegar de una Misión, y que entra acompañado de su mujer, Lina; su suegro, el conde Stankar; Dorotea y Federico, los primos de Lina; y Raffaele von  Leuthold, un joven amigo de la familia.

Comienza el septeto, Di qua varcando, en el que Stiffelio cuenta como Valter, el barquero, le entregó una cartera que perdió un joven que, al amanecer, saltó al rio desde una ventana del castillo, mientras una mujer se quedaba mirándolo desde la ventana, como si hubiese perdido la razón. Hablaremos de este septeto en el próximo Post, pero de momento digamos que Stiffelio abre la cartera y encuentra en ella un puñado de cartas que Stiffelio prefiere no leer, porque «descubriría una relación pecaminosa«. Stiffelio decide arrojar al fuego las carta y «¡Que ardan junto al nombre del seductor!«. Stiffelio, demostrando la gran virtud cristiana de la misericordia, destruye la prueba que también lo era, sin él saberlo, del adulterio de su esposa.

Y es que el joven que saltó no es otro que Raffaele, Lina es la mujer, y Stankar se teme lo que está ocurriendo. Salen todos, excepto Lina y Stiffelio y, con un recurso típico de buen teatro, y ya que los espectadores saben lo que está pasando, podemos ver cómo comienza a crecer la duda en Stiffelio: es el dúo «Non ha per me un accento!». El diálogo es interesantísimo, Stiffelio empieza a alabar la fidelidad de su esposa, pero exclama ¡ Ay si estoy engañado!. Lo que sigue es clave para entender a ambos personajes y lo transcribo:

LINA: È grande la vostr’anima / ….  avrebbe perdonato

STIFFELIO: Ah no, il perdono è facile / al cuore non ferito

(LINA: Tu alma es grande / ….  y sabrá perdonar.  STIFFELIO: ¡Ah, no, el perdón no es fácil / para un corazón herido!)

Resulta que, además, es el día del aniversario de la boda de Lina y Rodolfo (pues Stiffelio se llamaba en realidad Rodolfo Müller cuando conoció a Lina, antes de ser Pastor) y Stiffelio desea que su madre, desde el cielo, les bendiga y que su anillo (que debió regalarle en la boda) ….. pero entonces descubre que Lina no lleva el anillo. Stiffelio se pone furioso y le pregunta a Lina, inquisitivamente, por el anillo, y ella se muestra aterrada.

Afortunadamente, entra de improviso Stankar para reclamar la presencia de Stiffelio, al que esperan sus amigos y sus fieles. Stiffelio recupera la compostura y sale junto a Stankar.

Queda sóla Lina, que se dispone a  escribir a Stiffelio una carta de confesión, es el aria «Tosto ei disse!«, que será interrumpida por la entrada del conde, dispuesto a saber la verdad de lo que está pasando. Se encuentra con su hija dispuesta a revelarle todo a Stiffelio. El padre no le va a dejar y la empuja al silencio para evitar la deshonra de la familia.

Cuadro 2º: Todos en la sala del castillo

Raffaele ha dejado una carta para Lina, dentro de un libro metido en un estuche cerrado con llave. Ha sido visto por Jorg, que lo ha confundido con Federico Frengel, el primo de Lina, que también estaba por alli. Jorg le cuenta a Stiffelio lo sucedido, tal como él cree haberlo visto.

Se produce un cuarteto importante, «Oh, qual m’invade ed agita», que constituye el Finale Primo, el final de este primer acto. Stiffelio quiere abrir el libro y le pide la llave a Lina, que, aterrada, no se atreve a dársela. Stiffelio insiste:

Aprite voi, lo replico, / è inutile il terrore. / D’un empio traditore / qui la condanna sta

(Ábrelo tú misma, te repito, / tu miedo no sirve de nada. / Aquí está guardada la condena / de un impío traidor)

Finalmente, Stiffelio descerraja el estuche, coge la carta y, entonces, llega Stankar, se la quita y la rompe. Se arma un gran revuelo, mientras Stankar reta a duelo a Raffaele y cae el telón.

Acto 2º: En el Cementerio anejo a la Iglesia Asasveriana

Después de una introducción orquestal sombría, aparece en escena Lina y canta su plegaria «Ah dagli scanni eterei«, precedida del recitativo «Oh cielo! Dove son io?«. Lina tiene un fuerte sentimiento de culpabilidad delante de la tumba de su madre muerta, «Ella sì pura! …. ed io!..» (¡Ella, tan pura …. ! ¡Y yo …. !). Lina acaba su «preghiera«diciéndole a su madre muerta:

Non vorrà il suo perdono / negarme Iddio per te.

(¡ Por ti, Dios no podrá / negarme su perdón!)

A continuación aparece Raffaele, con el que Lina había quedado citada en ese lugar. (Observese la similitud con el 2º acto de Un ballo in maschera). Raffaele la asedia con su amor, pero Lina le declara la verdad: «Fui sorpresa; non v’ama il mio cuore.» (Fui sorprendida. Mi corazón no te ama.) Lina le pide que se vaya, que desaparezca de su vida, y acaba el duo con un «Perder dunque voi volete / questa misera tradita» (Eontonces tu deseas perder / a esta pobre traicionada). 

Este dúo, y la preghiera, precedente tienen importancia para precisar el delito cometido por Lina y la naturaleza del sentimiento de culpabilidad que siente, como comentaremos más adelante, al final del Post.

El resto de este Acto se desarrolla de una forma muy teatral. Aparece el conde Stankar dispuesto para el duelo con Raffaele, que se resiste a pelear, y cuando comienzan a luchar aparece Stiffelio, que los separa, e intenta mediar para reconciliarlos en nombre de Dios. Stankar no puede mas y revela a Stiffelio el adulterio de Lina.

Acaba el acto con otro Concertante entre los dichos y Lina, que se incorpora al grupo y reconoce su delito, lo que hace que Stiffelio «pierda los estribos», y luego se añade Jorg, que viene a solicitar la presencia de Stiffelio en la Iglesia. Stiffelio vuelve en si, se calma, y se produce el siguiente diálogo:

STIFFELIO: Ah, si, sacerdote io sonno! / (s’inginocchia) / Dio, a parlar loro ispirami. / TUTTI: Di pace, di perdonno. / STIFFELIO: Perdon giammai

(STIFFELIO: ¡Ah, sí, soy sacerdote! / (se arrodilla) /  Dios, inspírame las palabras que debo decirles / TODOS: De paz y de perdón / STIFFELIO:  ¿De perdón? …. Nunca

Acto 3º – Cuadro 1º: Antesala en el castillo de Stankar

Comienza el acto con una escena a solo del conde Stankar, es su recitativo y aria «Lina, pensai che un angelo«. Aria típica de un «padre verdiano«, dotada de lirismo. Stankar está muy deprimido: «Sólo el deshonor acompañará mi féretro«, concluye, preparándose para el suicidio. Sin embargo, aparece Jorg, de improviso, y anuncia la llegada de Raffaele, lo que transforma a Stankar y su canto: pasa de la depresión a la alegría más grande, pero la alegría de la venganza. Es el «aria di vendetta» Oh goia inesprimibile.

Llega Raffaele y se encuentra con Stiffelio, mucho más tranquilo. No le hace ningún reproche y sí una pregunta: ¿Qué harías si Lina fuese libre?. Raffaele se queda muy sorprendido y le pregunta a Stiffelio qué es lo que pretende. La respuesta de éste es interesante:

Saper s’è a voi più cara / colpevol libertade, / o l’avvenire di donna / chi perdeste !

(Saber si para tí es más importante / una libertad culpable, / o el futuro de la mujer / que has hecho una perdida)

Y entonces, Stiffelio hace pasar a Raffaele a una habitación lateral desde la que podrá asistir, sin ser visto, a la conversación entre Lina, que entra en ese momento, y Stiffelio.

La Escena Sexta es una de las más cruciales de toda la ópera y por ello la hemos incluido en los ENLACES, ahorrándonos reproducirla aquí. En resumen, Stiffelio le comunica a Lina que se divorcia de ella y se marcha, y que ella continue su camino con su nuevo amor. Lina después de resistirse, acepta y firma. Cuando Stiffelio va a marcharse, Lina le pide que la escuche en confesión y que el Stiffelio sacerdote oiga lo que Rodolfo (la parte «hombre» de Stiffelio) no ha querido escuchar. Nos interesa mucho el final de la Escena:

LINA: Sempre v’amo / testimonio Iddio ne chiamo. / STIFFELIO: Ma colui? / L: Fu tradimento! / S: Vi tradiva? / L: Si / S: Fia spento …. / L: Ciel! / S: È là / STANKAR (sulla porta con un brando insanguinata in mano) Non v’è più.

LINA: Siempre te he amado: / ¡pongo a Dios por testigo! / STIFFELIO: Pero ¿y él? / L: Fue una traición / S: ¿Te engañó? / L: Si / S: ¡Qué muera! / L: ¡Cielos! / S: ¡Él está aquí! / STANKAR: (entra empuñando una espada ensangrentada) No, él ya no está

Y es que Stankar, ajeno a los planes de Stiffelio, se ha tomado la justicia por su mano, y ha matado a Raffaele, en lo que él califica de una «expiación».

Cuadro 2º – En la Iglesia Asasveriana

A pesar de su desconcierto, Stiffelio comparece ante su Parroquia acompañado de Jorg. Tiene que predicar. Sube al púlpito y abre la Biblia al azar. Se encuentra con el pasaje de la adúltera en el Evangelio de San Juan (Juan 8.03 a 8.11).

El sermón sigue el texto evangélico, que se convierte en un acto personal de perdón:

STIFFELIO (guardando Lina) E la donna ….. la donna / perdonata s’alzò / (Lina sale coi ginocchi la scala) … / LINA: Gran Dio!  (Lina cade sull’ultimo gradino a piè di Stiffelio) / STIFFELIO: Perdonata …. perdonata …… perdonata / Iddio … lo pronunziò.

STIFFELIO (mirando a Lina) Y la mujer ….. la mujer / perdonada se levantó / (Lina sube de rodillas la escalera) … / LINA: ¡Oh, Dios mio!  (Lina cae en el último escalón a los pies de Stiffelio) / STIFFELIO: Perdonada …. perdonada …… perdonada / dijo Dios

Personajes

Sólo hablaremos de los 3 personajes principales: Stiffelio, Lina y el conde Stankar, el padre de Lina. Comentamos su característica tanto en cuanto dramatis personae como desde el punto de vista vocal.

Stiffelio:

Fue Rodolfo Müller antes de ser religioso, cuando llegó fugitivo al castillo de Stankar. Es un Pastor Asasveriano, que es un tipo de Protestantismo inexistente, al que Verdi y Piave tuvieron que recurrir para no tener problemas con las comunidades protestantes. Parece que correspondería a los Pietistas, que se desarrollaron en el siglo XVII, y cuya doctrina se caracteriza por darle más importancia a la experiencia religiosa personal que al formalismo, enfatizando la lectura y estudio de la Biblia, así como las iniciativas misioneras.

Presenta un caracter sobrio, contenido y concentrado pero con momentos de cólera, típicos del estallido de la persona que se autocontrola hasta llegar a un punto. Esta forma de ser lleva a una vocalidad novedosa en el momento de la creación del personaje: tiene que tener un canto próximo al recitativo acompagnato, evitando agudos extremos, pero con capacidad de trsmitir los momentos de cólera o emoción. Podemos considerar el papel como precursosr del de Otello.

Lina:

Es la hija de Stankar, esposa de Rodolfo y amante, ocasional, de Raffaele. Está profundamente enamorada de Stiffelio y muy arrepentida de su aventura con Raffaele. Vive atormentada por lo que ha hecho, y por la presión de su padre, que no está dispuesto a que caiga la deshonra sobre la familia; la de Raffaele, que dice que «es poco un sólo trago / cuando se ha bebido de la copa del placer»; y la de Stiffelio, que aterra a Lina porque con su extrema virtud despierta los remordimientos de ella, que lo admira moral y personalmente.

Requiere una vocalidad más tradicional, próxima a la de una soprano-spinto. Es un antecedente de la Amelia de Un ballo in maschera.

Stankar:

Es un Coronel retirado y Conde del Imperio. Padre de Lina, encantado con el casamiento de su hija con Stiffelio, no está dispuesto a que la vida de la familia se arruine por la «inconstancia» de su hija. Hombre de recursos, decide intervenir para resolver las cosas, para lo que llegará a matar a Raffaele, dispuesto a cualquier cosa para mantener el «statuo quo» de la familia y a tomar venganza del que ose perturbarlo.

Es un aténtico padre verdiano, por lo que se requiere un barítono flexible y con agudos. Verdi compuso una extensa aria para él al comienzo del tercer acto: «Lina pensai che un angelo in te mi desse il cielo«, con un grado de lirismo importante, que está seguida de un aria di vendetta, «O gioia irreprimibile, che questo cuore inondi«y que canta al saber que Raffaele vuelve al castillo.

El «perdón» en la ópera Stiffelio

Susan Rutherford ha desarrollado un interesante Ensayo, titulado «Voi non capite l’amor mio: el suplicio de decir la verdad en Stiffelio«, que ha sido incluido por ABAO en el Libro de la Temporada. Lo incluimos en los ENLACES de este Post.

Pues bien, Rutherford, después de analizar lo que ha significado durante siglos el adulterio en nuestra cultura europea, especialmente en las clases medias, y de la diferencia de trato ante ese pecado/delito según lo cometan las mujeres o los hombres, así como la levedad con la que se han tratado penalmente las conductas punitivas de los maridos, sea frente a las esposas o frente a los amantes, introduce una disertación interesantísima sobre esta ópera y sobre la postura que Verdi y Piave tomaron ante la situación de la desgraciada Lina. A ese análisis nos referiremos, brevemente, a continuación.

El punto importante es si realmente Lina ha sido adúltera y qué significa ese ser «traicionada» que ella le dice a Stiffelio durante la confesión. Como dice Rutherford, en la ópera Stiffelio la cuestión no es «si el acto sexual ha tenido lugar, sino la exacta naturaleza de ese acto y el modo de participación de Lina«.

Rutherford ha tenido acceso a la novela de Souvestre, a la obra de teatro de Souvestre y Bourgeois e, incluso, a la traducción al italiano de dicha obra de teatro, realizada por Gaetano Vestri, cosa que no ha sido posible para mí, al no haber podido encontrar esos textos. Y Rutherford ha podido constatar, en esos textos, lo siguiente:

  1. En las 3 fuentes, Lina es tentada por un mundo de lujo, que representa Raffaele von Leuthold, Raphaël en las versiones francesas, que contrasta con la existencia tranquila y recatada de la esposa de un Pastor protestante, algo aburrida ante la ausencia del marido por estar en una actividad misionera
  2. El seductor encarna, además, un cierto sentido de atracción diabólica
  3. En la novela, con toda claridad, y en las obras de teatro, con menos, se hace evidente que Raphaël / Raffaele, ante los repetidos rechazos de sus insinuaciones por parte de Lina, consigue entrar en la habitación de Lina y violarla

En la ópera, todos estos hechos son anteriores al comienzo de la obra. No sabemos nada del aburrimiento de Lina, de su resistencia a los intentos de seducción ni de la forma concreta en que ésta se produjo. Piave, con una técnica teatral próxima al suspense, va haciendo que el espectador vaya recorriendo los mismos pasos que Stiffelio hasta llegar a conocer esa «apariencia» de infedelidad, de adulterio, sin que Lina llegue a expresarse con claridad. Todos, Stiffelio, Stankar, creen que Lina es adúltera.

Sin extenderme ya mucho más, recomiendo la lectura del Ensayo de Susan Rutherford porque analiza también porqué Piave y Verdi no profundizaron más en la culpabilidad real de Lina. Sólo citaré un párrafo de dicho Ensayo:

La violación de una mujer se consideraba un crimen contra el honor y el valor de su familia en lugar de contra el bienestar psicológico, emocional y físico de la mujer ultrajada.

Y las preguntas que Rutherford formula en el final del mismo:

¿De qué manera se puede revelar un delito sexual? ¿A quién se da crédito? Si queda constancia de alguna relación entre el violador y su víctima, ¿hasta qué punto influye esto en la supuesta responsabilidad de la víctima?

El problema es que estas preguntas siguen vigentes en la sociedad actual. Afortunadamente, Verdi y Piave optaron por el Perdón para Lina, (en vez del final tipo Otello), aplicando la doctrina del episodio de la mujer adúltera del Evangelio, aunque esto fuese un escándalo ante los ojos de los censores.

Y es que han pasado más de 150 años y nadie se había preocupado de rehabilitar el honor de LINA.

 

ENLACES:

Libretto del 3er. Acto

El suplicio de decir la verdad en Stiffelio

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