El asesinato de un rey ilustrado, Gustavo III de Suecia, y los atentados a Napoleón III y Fernando II de las Dos Sicilias
Como decíamos en nuestro Post anterior, la ópera de Verdi Un ballo in maschera se basa en la obra de Eugène Scribe «Gustave III ou le bal masqué«, basada, más o menos, en el asesinato del monarca sueco Gustavo III (1792). Por otra parte, comentábamos que el momento de la composición era particularmente inoportuno, al haberse producido en aquel mismo 1858 un atentado contra Napoleón III y un poco antes, en 1856, contra el rey de Nápoles, si bien ambos fracasaron.
Cumple analizar cómo de más y cómo de menos seguía Scribe la historia y cómo de fallidos fueron los atentados a Napoleón III y a Fernando II, hechos que son los que justificaron la postura aparentemente muy intransigente de la Censura napolitana, la llamada Camera de Revisione.
El asesinato de un rey ilustrado
El rey Gustavo III de Suecia (1746-1792) fue rey de Suecia desde el 12 de febrero de 1771, a los 25 años de edad, hasta su muerte, el 29 de marzo de 1792, con 46 años de edad. Era el hijo mayor del rey Adolfo Federico de Suecia y de su esposa, Luisa Ulrica de Prusia. Era, además, sobrino carnal de Federico II de Prusia y primo lejano de Catalina II de Rusia, Catalina la Grande.
Gustavo terminó con la hegemonía de los Partidos (Partido de la Corte y Partido de los Sombreros) y con la llamada Edad de la Libertad, en la que la nobleza se había apoderado de la administración del Estado, volviendo a ser un rey absoluto, mediante una reforma constitucional, apoyado en una suerte de Golpe de Estado, en 1772, al año de comenzar su reinado, y en el que él participó activamente. Al mismo tiempo, impulsó el florecimiento de la cultura nacional sueca, participando activamente gracias a su amor al arte y a su amplia cultura. En definitiva, un distinguido miembro del Despotismo Ilustrado, al igual que su prima Catalina la Grande de Rusia o su tío Federico II de Prusia.
Gustavo había sido educado en los principios de la Ilustración francesa y en los ideales de tolerancia, humanismo y el interés por todas las expresiones culturales. Por otra parte, su caracter manifestaba una gran inclinación hacia el poder, el éxito y el honor, asi como un marcado autoritarismo.
Si bien como rey absoluto consiguió, al principio del reinado, algunos logros en el desarrollo económico del pais, así como conseguir la paz interna y mejorar la seguridad exterior, gracias a una serie de reformas que le fueron apreciadas en la reunión del Parlamento de 1778, sin embargo, a partir de entonces se incubó una nueva oposición que acabará con su vida 14 años más tarde.
La verdad es que en el periodo 1778-1790 el rey llevó a cabo una serie de guerras, contra Dinamarca y Rusia, que no fueron exitosas y que deterioraron las finanzas del reino, aunque a él le dieron una gran popularidad. Finalmente, Gustavo III convocó el Parlamento en 1792 y mantuvo una nueva postura de extrema cautela, pero ya era demasiado tarde.
En el invierno de 1791 a 1792 se fraguó una conspiración entre algunos miembros de la Nobleza, cuyo objetivo era cambiar la Constitución moderando los poderes absolutos del rey, y entre los más radicales se abrió paso la idea de asesinarlo. Los principales instigadores fueron Carl Fredrik Pechlin y Jacob Johan Anckarström. En un baile de máscaras celebrado en la Ópera de Estocolmo el 16 de marzo de 1792, el rey Gustavo fue rodeado por cinco hombres vestidos de negro y Anckarström le disparó a quemarropa por la espalda. El rey murió el 29 de marzo después de dos semanas de agonía.
Su vida familiar fue bastante desafortunada. Se casó en 1766 con Sofía Magdalena de Dinamarca, por razones de estado y nunca fue una unión feliz, sino todo lo contrario ya que el rey rechazaba todo contacto con la reina. En 1775, el conde Adolf Frederik Munck, amigo de ambos, propició un acercamiento entre la pareja real y en 1778 nació el príncipe heredero, el que sería Gustavo IV Adolfo. Sin embargo, el rey fue objeto de incisivos comentarios, en los que se señalaba que era asistido por Munck en las relaciones sexuales con la reina, e incluso que era homosexual. Todos estos rumores nunca pudieron ser comprobados.
En cambio, en el terreno cultural, el tiempo de Gustavo III fue muy favorable para Suecia, creando diversas instituciones culturales y protegiendo a los artistas suecos. El propio rey escribió varios dramas de temática histórica, teniendo como protagonistas antiguos reyes suecos. Dichos dramas fueron musicalizados y convertidos en óperas, destacando la obra Gustavo Vasa que llegó hasta el siglo XX con el caracter de ópera nacional sueca.
EL ATENTADO DE FELICE ORSINI CONTRA NAPOLEÓN III
En la tarde del 14 de enero de 1858 se produjo un atentado contra el emperador Napoleón III y la emperatriz Eugenia, cuando se dirigian a la Opéra de la Rue Le Peletier donde iban a asistir a una representación de la ópera Guillaume Tell de Rossini. El terrorista Felice Orsini, miembro de los Carbonarios y de la Giovine Italia de Mazzini, y sus complices, Giuseppe Pieri, Antonio Gómez y Charles de Rudio, fueron los autores del atentado, que produjo 8 muertos y 142 heridos, pero el emperador y la emperatriz resultaron ilesos milagrosamente.
Orsini tuvo una vida turbulenta: después de haber estado implicado en diversas conjuras revolucionarias, fue encarcelado, se escapó de la carcel, fue miembro electo de la Asamblea Constituyente de la República Romana en 1848, nuevamente revolucionario, encarcelado y vuelto a escapar. En 1856 viajó al Reino Unido donde fue recibido como un heroe y en 1857, de nuevo en Italia, publicó, en inglés, una crónica de sus experiencias en prisión, lo que provocó su ruptura con Mazzini.
Orsini se convenció de que Napoleón III era el principal obstáculo para la independencia italiana y la causa de las reacciones anti-liberales en Europa. Por tanto planeó su asesinato, para lo que volvió a Inglaterra, contactó con el armero Joseph Taylor y le encargó la fabricación de 6 bombas, según un diseño suyo, la bomba Orsini. Dicha bomba se caracterizaba por explotar al impactar, gracias a unos detonadores de contacto de fulminato de mercurio.
En el atentado de París, Orsini arrojó 3 bombas al paso del carruaje de Napoleón. Él mismo resultó herido y fue capturado por la Policía al día siguiente. Fue sentenciado a muerte y guillotinado el 13 de marzo de 1858. Sus complices fueron también capturados y sentenciados, Pieri ejecutado, Gómez condenado a trabajos forzosos de por vida y Rudio, condenado a muerte, se le conmutó la pena a cadena perpetua en la Isla del Diablo.(Curiosamente Rudio se escapó de la prisión, emigró a América y se alistó en el 7º de Caballería, muriendo en la batalla de Little Big Horn).
Otra triste curiosidad es que también eran «bombas Orsini» las utilizadas en dos de los atentados más «famosos» de España: la llamada «bomba del Liceo«, que mató a 22 personas en la platea del Gran Teatro del Liceo de Barcelona, en 1893, y la que lanzó Mateo del Morral contra la carroza real de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battenberg, el día de su boda, 31 de mayo de 1906, en la calle Mayor de Madrid, y que mató a 28 personas e hirió a más de 100.
Lo cierto es que el atentado influyó mucho en el decurso de la historia. Napoleón III, que no era ningún heroe, deseaba evitar nuevos atentados, lo que, unido a sus recuerdos de juventud, cuando luchó junto a los rebeldes italianos, le lleva a la conclusión de que lo mejor será ayudar a Italia. Mantiene una entrevista secreta con Cavour el 20 de julio de 1858 y se desencadenará la guerra contra el Imperio austriaco. Es el principio de la Reunificación italiana.
EL ATENTADO DE AGELISAO MILANO A FERNANDO II DE LAS DOS SICILIAS
Fernando II de las Dos Sicilias (1810-1859) fue el penúltimo rey de Nápoles y Sicilia. Era hijo de Francisco I de las Dos Sicilias y de Maria Isabel de Borbón, Infanta de España e hija de Carlos IV. Por tanto era bisnieto de Carlos III de España por parte paterna y materna.
Fue un rey absoluto y despótico y sufrió diversas insurrecciones, aunque todas fracasaron. En 1848 otra sublevación en Sicilia dio el pistoletazo de salida revolucionario que pronto recorrió toda Italia y todo el continente europeo.
Durante los últimos años de su reinado, el espionaje y las detenciones arbitrarias previnieron cualquier tipo de insurrección. En 1851 Sir William Glandstone, después de un viaje a Nápoles y Sicilia, estimó que en Nápoles había más de 15.000 prisioneros políticos, lo que produjo un gran escándalo en las Cortes europeas.
El 8 de diciembre de 1856, día de la Inmaculada Concepción, Fernando II acudió a misa con su familia, altos funcionarios del gobierno y muchos nobles de su séquito. Al terminar la celebración, el rey, a caballo, pasó revista a las tropas. En ese momento, el soldado calabrés Agelisao Milano se precipitó sobre el rey y logró herirlo con una bayoneta en la ingle. Fernando sobrevivió al atentado, pero la herida nunca se curó por completo, y su salud se fue deteriorando poco a poco, de forma que, por ejemplo, no pudo asistir en marzo de 1859 a la boda de su hijo mayor y heredero, Francisco, duque de Calabria, con María Sofía de Baviera, la hermana de la emperatriz de Austria, Isabel (Sissi)
Fernando II falleció finalmente el 22 de mayo de 1859, poco después de que Francia y Piamonte-Cerdeñale declarasen la guerra al Imperio austríaco, lo que acabaría con la existencia del Reino de las Dos Sicilias y la propia dinastía.
CONCLUSIONES
Analizados los datos históricos procedemos a contestar las dos preguntas que nos hacíamos al comenzar este Post:
- ¿Cómo sigue la Historia la narración de Scribe? – Pues como siempre en Scribe, es decir, los hechos existieron pero no fueron exactamente como él los cuenta. El asesinato de Gustavo III fue por razones estrictamente políticas, pero sí fue en un baile de máscaras y por un colaborador suyo. Toda la trama amorosa es inventada, claro está, pero el caracter del rey, culto, frívolo y despreocupado podría ser real.
- ¿Cómo de fallidos fueron los atentados a Napoleón III y a Fernando II? – El de Fernando II no fue fallido, lo que pasa es que tardó casi 3 años en acabar con la vida del monarca. El de Napoleón si fue fallido, pero influyó en la toma de postura de Napoleón hacia la Reunificación. Y fue fallido casi por milagro.
En definitiva que, después de analizar los hechos históricos, veo mucho menos arbitraria la postura de la Censura napolitana. Si la hubiesen autorizado en San Carlo tal y como la presentó Verdi y Somma había una alta probabilidad de una nueva insurrección, como mínimo.
Claro que eso no lo sabremos nunca y que lo que nos ha quedado es una obra espléndida que podemos seguir disfrutando, Un ballo in maschera, melodramma in tre atti sul libretto di Antonio Somma.
En el Enlace puede verse un Vídeo con fotos relacionadas con Gustavo III en homenaje a él, y una biografía suya con imágenes. A partir del minuto 17 de este último vídeo pueden verse imágenes relacionadas con el atentado.
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