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Una ópera en la que se entrecruza el origen y la utopía de la obra wagneriana

En este tercer Post de la serie sobre Der fliegende Holländer vamos a profundizar un poco en la ópera propiamente dicha. Nos ayudaremos de una LR incluida en el ENLACE situado al final del Post, que nos va a servir tanto para este como para el siguiente Post de la serie.

PERSONAJES

Esta ópera es la primera de Wagner realmente novedosa. Y en muchos aspectos vamos a encontrarnos con cosas distintas de las habituales para su época. Para situarnos en la época, recordemos que al día siguiente del estreno en Dresde de Der fliegende Holländer se estrena Don Pasquale, de Donizetti, en París, y diez meses antes se había estrenado en Milan el Nabucco de Verdi.

Pues bien, una primera cosa que nos puede llamar la atención es que los personajes apenas tienen nombre. El protagonista es simplemente Der Holländer. La protagonista femenina es Senta, nombre inexistente en el santoral, y que, al parecer, en el idioma noruego suena parecido a «muchacha«, algo así como la «fanciulla» del italiano o «Mädel» del alemán. Del timonel del barco de Daland sólo sabemos su profesión y de los restantes sólo el nombre de pila: Daland, Mary, Erik. Y ciertamente hay muy pocos personajes, en realidad sólo importan dos: el Holandés y Senta. Ellos se van a llevar todo el tratamiento novedoso, los restantes son mucho más convencionales y podría pensarse que Wagner los desprecia o, al menos, los ve en un plano inferior.

El Holandés está muy bien descrito musical y dramáticamente. Al ser un personaje de leyenda y de una leyenda bien conocida, su credibilidad está garantizada. Sin embargo, en el personaje de Senta el Wagner-libretista ha cargado las tintas: su comportamiento es exagerado, está obsesionada con la leyenda, desde que Mary se la contó, tiene un cuadro con la imagen del Holandés, y se siente predestinada a salvarlo sin aún haberlo conocido. Y Wagner llega a preocuparse por la credibilidad del personaje, viendose obligado a explicarlo, diciendo así en uno de sus múltiples escritos:

No dejeis que el lado soñador de su naturaleza sea entendido en el sentido del moderno y enfermizo sentimentalismo

argumentando que ese comportamiento puede entenderse en una joven pura, que no conoce el mundo y que tiene el temperamento romántico y soñador propio de su edad.

En cuanto a las vocalidades elegidas para los personajes podemos decir que el Holandés es un bajo-barítono o bajo con tesitura alta; Senta debe ser una soprano dramática con voz poderosa, para enfrentarse a la orquesta con mayor sonoridad de todas las óperas de Wagner; Daland es un bajo y Erik es un tenor lírico con fuerza (casi un heldentenor). En cuanto a los más secundarios, el timonel es un tenor lírico y Mary una mezzo.

GRANDES MOMENTOS DE ESTA ÓPERA

Como decíamos en el primer Post de la serie, esta obra es mitad ópera de números, mitad transcompuesta. No cabe, en sentido estricto, hablar de números, y casi tampoco de arias, recitativos, duos o tercetos. Usaremos el concepto de Escena y el de Momento para hablar de esas partes de la obra, que son las que hemos seleccionado en la LR del ENLACE:

ACTO 1º: Transcurre en la costa noruega a mediados del siglo XVII

Después de una impresionante Obertura, que es un resumen de la obra, conteniendo los motivos principales de la misma, comienza la Escena 1ª o de los Marinos Noruegos. El barco de Daland ha tenido que refugiarse en el fiordo, en la bahía de Sandwike, y los marineros están lamentando no poder llegar a su base, a sólo 7 millas, hasta que sople el viento Sur. De esa escena es destacable la canción del Timonel: «Mit Gewitter und Sturm» (Con tempestades y tormentas). En nuestra LR la podemos escuchar en 3 interpretaciones, de Graham Clark, Rene Kollo y Oliver Ringelhahn.

El timonel se queda dormido y entonces arriba el barco del Holandés, con su característico resplandor rojo. La orquesta describe muy bien esa llegada e introduce el aire misterioso y diabólico del personaje. Salta a tierra y entona su Monólogo (no me atrevo a llamarlo aria) del destino: «Die Frist ist um  … Ha, stolzer Ozean!» (Ha llegado la hora … Ah, orgulloso océano!). La podemos escuchar en la voz de Hans Hotter, Simon Estes, Bryn Terfel y Samuel Youn. Por cierto que Wagner describe la vestimenta del Holandés así:

Der Holländer kommt an das Land, er trägt schwarze spanische Tracht

El Holandés salta a tierra, viste traje negro español

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Por último, tenemos la Escena 3ª, de Daland y el Holandés. Comienza cantando el Holandés «Mein Schiff ist fest» (Mi barco es sólido). Después de enseñarle alguno de sus tesoros, el Holandés ofrece un cofre de regalo a Daland si lo alberga en su casa y, al enterarse de que tiene una hija, le pide su mano. Daland está encantado de haber encontrado un futuro yerno tan rico y tan sensato. Dice Daland:

Ha, wonach alle Vater trachten / ein reicher Eidam, er ist mein! / Ja, den Mann mit Gut / und hohem Sinn / geb’ froh ich Haus und Tochter hin!

Si, es mio lo que buscan / todos los padres, un yerno rico. / ¡ Sí, feliz doy hogar e hija / a hombre tan rico y juicioso!

En la LR del ENLACE lo tenemos interpretado por Frank Grundheber (Holländer) y Matti Salminen (Daland).

ACTO 2º: En casa de Daland

Comienza el Acto con el llamado Coro de las hilanderas: «Summ’ und brumm’, du gutes Rädchen» (Zumba y suena, buena rueca). En nuestra LR lo podemos ver en la interpretación del Coro del Bayreuther Festspiele, bajo dirección escénica de Jan Philipp Gloger y musical de Christian Thieilemann, en la edición de 2013. Mientras tanto, Senta, la hija de Dalan, está sumida en la contemplación del cuadro que representa al Holandés. Senta, que es objeto de burla de las otras chicas por estar siempre soñando con «el hombre pálido», intenta que Mary les cante la Balada del Holandés, y al negarse ésta será ella misma quien la cante. Esa Balada la analizaremos en el próximo Post, por ser uno de los exponentes del nuevo estilo que caracteriza a esta ópera.

La Escena 2ª corresponde al dúo entre Senta y Erik, su novio cazador. Dúo interesante y desigual, entre un rendido enamorado y una novia esquiva, en plena exaltación después de la Balada. Erik siente celos del Holandés y está preocupado por Senta. Para colmo, Erik le cuenta a Senta un sueño premonitorio que ha tenido y ella lo va corroborando, lo que hace exclamar a Erik: «Sie ist dahin! / Mein Traum sprach wahr!» (¡Está perdida! / ¡Mi sueño decía la verdad!)

La Escena 3ª, y última de este Acto, corresponde al encuentro de Senta con el Holandés que llega acompañando a Daland. Senta se queda deslumbrada y nisiquiera ve a su padre. Éste le pide un beso y la exhorta a que de la bienvenida al extranjero. Es el aria (y ésta si que es un aria, al estilo de las de ópera ligera del periodo Biedermeier) «Mögst du, mein Kind, / den frendem Mann / willkomen heissen» (Debes tú, hija mía, dar la bienvenida al extranjero). En nuestra LR podemos ver este aria en la interpretación de 2 grandes bajos: el alemán Kurt Moll y el finés Martti Talvela.

Pero Senta está totalmente extasiada en la contemplación del Holandés, por lo que su padre decide dejarlos sólos. Tiene lugar el Primer Dúo Holandés-Senta, que tratatremos en el próximo Post.

ACTO 3º: Ensenada rocosa en las proximidades de la casa de Daland. El foro lo ocupan los barcos atracados de Daland y del Holandés, muy cerca uno del otro. Es una noche clara y reina la calma en la ensenada

La Escena 1ª se desarrolla en un ambiente festivo. Las chicas llevan comida y bebida a los marineros de Daland. Cantan, bailan y rien todos. En un momento se deciden a invitar a sus vecinos, cuyo barco está en un silencio sepulcral y cubierto de tinieblas. De pronto se produce un fuerte viento y los marineros del Holandés, más parecidos a espíritus que a marineros, van apareciendo en cubierta mientras arrecia su canto, que atemoriza a las chicas y a los marineros noruegos, que se retiran. Lo podemos ver en la versión del Festival de Beyreuth de 1985, que está incluida en la LR del ENLACE.

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Resulta muy interesante el contraste entre el coro de noruegos (convencional) y el de holandeses, en definitiva otra prueba más de la estructuración de la ópera en dos mundos: el de los seres humanos normales y el de los «sobrenaturales», para los que el tiempo no existe.

La Escena 2ª ocurre en la misma Ensenada. Senta, muy excitada sale de la casa. La sigue Erik, también muy excitado. Se produce un dúo muy tenso en el que Senta, que se siente impelida por un «elevado deber» le dice a Erik que «no puedo seguir viéndote ni puedo pensar en tí«. Erik se lamenta y canta una Cavatina: «Willst jenes Tags dich nicht / mehr entsinnen, / als du dir mich / riefest in das Tal?» (¿Ya no quieres acordarte / de aquel día / en que me llamaste / a tu lado en el valle?). Erik está desolado y canta serenamente, en vivo contraste con el inicio del duo y, sobre todo, con lo que va a seguir.

Esta cavatina la podemos ver, en nuestra LR, en las interpretaciones de 3 grandes tenores, Wofgang Windgassen, Ernst Kozub y René Kollo. Es de destacar la de Windgassen, el único tenor que ha cantado (y muy bien) todos los papeles protagonistas de las óperas de Wagner, además de varios de los roles secundarios. Como ya hemos dicho, Erik es un personaje convencional y como tal es tratado por Wagner, con un aria «a la italiana», que podría haber firmado Bellini.

Lo que queda del Tercer Acto es absolutamente transcompuesto. Constituye el 2º Dúo entre Senta y el Holandés, y lo veremos en el próximo Post.

ORIGEN Y UTOPÍA DE LA OBRA OPERÍSTICA DE WAGNER

Como decimos en el Título de este Post, esta es una obra en la que se entrecruza el pasado y el futuro de la obra de Wagner, su origen (el Singspiel alemán: Fidelio y Der Freischütz) y su utopía (la Obra de Arte del porvenir). Senta y el Holandés conservan todavía algo de Ada y Arindal (los protagonistas de Die Feen, Las Hadas, su primera ópera), pero ya anticipan a Elsa y a Lohengrin, e incluso a Isolda y Tristán, en la incondicionalidad de su amor.

Posiblemente el deseo fue más fuerte que las posibilidades reales, y el producto, ésta ópera, adolece de una cierta ingenuidad y de no pocas debilidades. Pero ya apunta en una dirección que prefigura casi toda la carrera de Wagner. En ese sentido es muy cierto el caracter «augural» de esta obra como muy bien señala José Luis Téllez en su Comentario para el estreno del Teatro Real de Madrid en estos dias.

Desde un punto de vista musical, sólo señalar tres aspectos importantes:

  • Su caracter sinfónico: por la importancia de la Orquesta y por su encaje tonal (comienza en Re menor y termina en Re mayor, moviéndose alrededor de esta tonalidad y sus relativas)
  • La existencia de 3 planos o espacios diferentes: el espectral del Holandés, el realista de la gente corriente y el espiritual de Senta
  • Y los fuertes contrastes, que acentuan la presencia de las nuevas formas. En ese sentido, es muy interesante cuando los estilos se solapan e interpenetran, como en el Coro de Marineros Noruegos y Holandeses de la 1ª Escena del Tercer Acto, donde, por cierto ganan los Holandeses (las formas nuevas)

 

ENLACE:

Der fliegende Holländer

 

 

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