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LA ÓPERA DE LAS EMOCIONES

En la última semana de Noviembre podremos ver en Bilbao la ópera de Gaetano Donizetti Roberto Devereux,  con libretto de Salvatore Cammarano, una ópera poco frecuente, aunque este año se da la circunstancia de que acaba de representarse en el Teatro Real de Madrid.

En Bilbao veremos a los siguientes intérpretes, en los papeles principales:

  • Elisabetta                                      Anna Pirozzi
  • Roberto Deverux                          Gregory Kunde
  • Sara                                              Clementine Margaine
  • Lord Duca di Notthingham            Alessandro Luongo

Con la Orquesta Sinfónica de Euskadi, bajo la Dirección Musical de Josep Caballé-Domenech. Dirección Escénica de Mario Pontiggia y en una producción de la Ópera Las Palmas.

Realmente lo único que coincide con la producción del Real es el protagonista, Gregory Kunde, que conocemos bien y es un valor seguro. Faltarán en Bilbao dos ingredientes importantes que si estuvieron en el Real: Mariella Devia, en el papel de la Reina, y Bruno Campanella, en la Dirección Musical. ¡Un lujo!

Comenzaremos por decir que esta ópera se representó por primera vez el 28 de octubre de 1837 en el Teatro San Carlo de Nápoles, y correspondía a un encargo que su empresario, el legendario Domenico Barbaja, había realizado a Donizetti en el mes de marzo de dicho año, para la temporada de otoño. Donizetti era ya, en aquellos momentos, un compositor de gran éxito, había alcanzado la fama en Italia, e internacionalmente, con Anna Bolena (1830), estrenada en Milán, y aún más con Lucia de Lammermor (1835), en Nápoles. Además se daba la circunstancia de que Rossini se había retirado en 1829, Bellini había muerto prematuramente en 1835 y Verdi estaba en lo que él mismo calificó como «los años de galeras». Por tanto Donizetti era el Sumo Pontífice de la ópera italiana.

Sin embargo, el año de 1837 fue un año trágico en la vida de Donizetti. Muertos sus dos primeros hijos, murió el tercero a los pocas horas de su nacimiento y al poco tiempo también su esposa Virginia Vasselli. La composición de esta ópera, a la que Donizetti se entregará febrilmente, será la vía de escape a tanto dolor personal. El estreno constituiría un gran éxito, y en poco tiempo se estrenará en París, Londres, Barcelona o Madrid. Sin embargo, a partir de 1882 no se volverá a representar hasta los años 50’s del siglo XX, en la Donizetti Renaissance.

Esta ópera pertenece al llamado ciclo Tudor, que lo forman 4 óperas relacionadas con Isabel I de Inglaterra. Dichas óperas son:

  1. Elisabetta al castello de Kenilworth (1829)
  2. Anna Bolena (1830)
  3. Maria Stuarda (1834)
  4. Roberto Devereux (1837)

Nos podemos preguntar el porqué del interés de Donizetti, y de sus libretistas, por la figura de Isabel I. Pero es que no solo fue Donizetti, sino otros compositores como Rossini (Elisabetta, Regina d’Inghilterra, 1817) o Mercadante (Il conte d’Essex, 1833), y numerosos novelistas y dramaturgos. Parece que hay dos razones principales:

  • La figura enigmática de Isabel, «casada con Inglaterra», parecía cuadrar muy bien con los ideales románticos. No digamos sus devaneos con sus diversos galanes y el conflicto latente entre reina y mujer
  • Pero además, era una vía de escape de la censura, que no dejaba representar conductas similares de los reyes de países católicos. El carácter cismático de la monarquía inglesa permitía a la censura una actitud más tolerante

La ópera trascurre en Londres durante unos pocos días de 1601. La reina es ya mayor y enferma, (morirá en 1603), pero mantiene el tipo después de un reinado largo (será de 44 años, el 4º más largo de la historia inglesa). Ha tenido distintos amantes, pero Robert Devereux (1566-1601), el 2º Conde Essex, hijo ilegítimo de Robert Dudley, conde de Leicester, que le había introducido en el Palacio  y en la cama de la reina, será el último y el más «capricho» de todos. La reina estaba perdidamente enamorada de este hombre, apuesto y 40 años más joven que ella, y le consintió muchas más cosas que a sus demás amantes.

En post posteriores hablaremos de Isabel y de Roberto, de la verdad histórica. De momento haremos una aproximación a la figura de ambos con un fotograma de la película de Michael Curtiz «The private life of Elizabeth and Essex» (1939) con un casting apropiadísimo: Bette Davis y Errol Flinn. Me parece que no se puede uno imaginar mejor la relación entre una reina poderosa/mujer desvalida y un joven guapo/demasiado arrogante. Digamos que Essex creyó que lo podía todo y finalmente se encontró con la reina y no con la mujer. Fue decapitado en la Torre de Londres el 25 de febrero de 1601 a los 34 años de edad.

Además de verlos, a través de Bette Davis y Errol Flinn, oigámoslos en su duo del primer Acto, que es la aparición de Roberto en escena. Duo especialmente fogoso, la reina, amante apasionada del conde, se convierte en reina inflexible y vengativa cuando ve que él ya no siente nada por ella (probablemente nunca lo sintió). El libretista Cammarano escribía a propósito de este dúo:

Mientras las mejilla de él se tiñen de rojo, las de Elisabetta arden con todo el fuego de la furia 

Un tenero cuore

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