Los dúos y el Cuarteto, bella figlia dell’amore
Como ya hemos comentado en post anteriores de esta serie (Rigoletto) esta ópera significó cambios importantes en la trayectoria de Verdi y, en general, en la evolución de la ópera italiana. Entre esos cambios quiero destacar tres, que significaron una verdadera revolución a las alturas de 1851:
- La elección del protagonista: un ser deforme y maligno. Nada que ver con los héroes habituales: príncipes, guerreros, etc
- La conexión con el drama, que es el rey de la escena. El aria y el canto están al servicio del drama y no a la inversa
- Formalmente la obra es muy escueta, casi sin Arias y sin grandes finales
Analizados los dos primeros puntos en post anteriores, vamos a examinar en este el tercero. El propio Verdi escribió en una de sus cartas que había concebido Rigoletto:
casi totalmente sin arias y sin grandes finales, como una cadena infinita de dúos
La solución convencional para finalizar los actos, y así lo habían hecho Mozart, Rossini y Donizetti, era la utilización de conjuntos (ensamble o concertante), especialmente en el acto precedente al intermedio, y se denominaban Finale 1, dejando para el Finale 2, al término de la obra, la aparición en escena de todos los personajes, y muchas veces el coro. En Rigoletto no es así. El Primer Acto culmina con el rapto de Gilda, en el que sí participa el coro de raptores (que, por cierto, en esta ópera el coro es siempre sólo masculino) pero lo hace en piano y staccato; el Segundo Acto culmina con la cabaletta de la Venganza, que culmina una cadena de dúos y el Tercero también acaba con un dúo entre Rigoletto y la agonizante Gilda, seguido por un centelleante final instrumental.
En el primero de los Enlaces incluidos en este post aparecen algunos de los dúos mencionados, excepto el de la Vendetta, incluido en el post de Gilda, así como la otra aria de Il Duca, Questa o quella, que no ha tenido cabida en las anteriores entregas. Esta última la podemos ver en tres interpretaciones espléndidas: Alfredo Kraus, Luciano Pavarotti y Piotr Beczala, dos tenores clásicos y uno contemporaneo, este último de los mas importantes de la actualidad.
El Cuarteto
Y por fin queremos detenernos en una de las joyas de Rigoletto: el Cuarteto del Tercer Acto. El drama de Hugo requería que Gilda se de cuenta de cómo es de verdad su amado Duque. Para ello, el padre, Rigoletto, que ve que 30 días después de la escena de la desfloración, Gilda sigue enamoradísima, decide proporcionarle un «reality choc», un golpe de realidad, y se encamina con ella a la posada a orillas del río Mincio donde Sparafucile realiza sus fechorías, apoyado por su hermana Maddalena, que, como nos contó Sparafucile en su dúo con Rigoletto, atrae a los hombres y él los mata. Obviamente el Duque ha sido atraído por Maddalena y acaba de llegar a la posada, disfrazado de soldado de caballería (con espuelas).
La escena comienza con un dúo, a ritmo de danza, entre el Duque y Magdalena, Un dì, si ben rammentami, que sigue a La donna è mobile, en el que el Duque inicia un rito de seducción, y que Gilda y Rigoletto presencian desde fuera de la posada, viéndolo por una ventana o por un agujero de la pared, según la escenografía (en el libreto Piave indica que lo ve a través de una grieta del muro). El dúo se convierte en cuarteto, Bella figlia dell’amore, cuando Gilda y Rigoletto van haciendo sus comentarios a lo que ven y oyen. Al final de la escena, Gilda está desengañada, ya sabe que el amor de Duque es el que verdaderamente es «mobile qual piuma al vento», y Rigoletto está resuelto a ejecutar la venganza a través de Sparafucile.
La genialidad de Verdi es que los cuatro intérpretes cantan cosas distintas sobre una misma música. Verdi juega sabiamente con el equilibrio dramático y musical de los personajes, que expresan sentimientos contradictorios según sus diferentes estados de ánimo:
- Il Duca canta, en el registro agudo, una melodía apasionada y voluptuosa, expresando que es un libertino
- Maddalena le contesta con notas rápidas en staccato, pareciendo una risa divertida. Le gusta pero no le cree
- Gilda se da cuenta, con desesperación, de que el Duque no la quiere. Canta una melodía descendente, interrumpida por silencios de corchea, a modo de sollozos
- Rigoletto canta en una línea muy tosca que muestra que su cabeza sólo está en sus deseos de venganza
Al final del cuarteto, las voces, que parecían ir cada una por su lado, se empastan y forman un todo. ¡Genial!
En el segundo Enlace de este post hemos incluido una LR de YouTube con 10 muestras del Cuarteto, con interpretaciones de todos los tiempos. Comienza con una interpretación de 1909, nada menos que con Enrico Carusso, Amelita Galli-Curci, Giuseppe De Luca y Flora Perini. Pasamos por interpretaciones de Beniamino Gigli (1929), Jussi Björling y Robert Merril (1956), a los clásicos Callas y Di Steffano, Kraus con Scotto y Bastianini, Bergonzi con D’Angello y MacNeil, una interpretación de Cocierto, con motivo del Centenario de la Deustche Grammophon, con Vargas, Netrebko, Tezier y Garança, la versión de Plácido Domingo en el papel de Rigoletto, en 2011 en el MET, y acabamos con la versión moderna de 2013, con escenografía algo descocada, pero bien cantada por Piotr Beczala, Diana Damrau, Zeljko Lucic y Oksana Volkoba, en el MET en 2013.
No podemos dejar de mencionar, y recomendar, una deliciosa película de Dustin Hoffman (2012), titulada El Cuarteto, sobre un grupo de viejos amigos, músicos y cantantes, que viven retirados en una Residencia de Músicos y que celebran un Concierto anual, en el aniversario de Verdi, para allegar fondos para la subsistencia de la Residencia. Ese año llega a la Residencia una antigua Diva amiga de todos ellos y la convencen, no sin dificultades, para que el broche del Concierto sea El Cuarteto de Rigoletto.
La maravillosa interpretación dramática de Maggie Smith (la soprano), Tom Courtenay (el tenor), Billy Connolly (el barítono), Pauline Collins (la mezzo) y Michael Gambon (el director) hacen el resto. Se da la circunstancia de que la Residencia existe y el resto de intérpretes son músicos retirados, fundamentalmente de la Orquesta de Sant Martín in the fields.
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