¡ HE AQUÍ MI TRONO, AQUÍ TERMINA MI REINO !
Isabel I de Inglaterra (1533-1603), la última Tudor
Isabel I fue reina de Inglaterra e Irlanda desde 1558 (con 25 años) hasta el día de su muerte en 1603, algo más de 44 años, lo que constituye hasta ahora el 4º reinado más largo de la historia de Inglaterra. Fue la quinta y última integrante de la familia Tudor que ocupó el trono, sucediendo a su hermana María (la hija de catalina de Aragón y de Enrique VIII), que a su vez sucedió a su hermano Eduardo VI (+1553), que lo hizo a su padre Enrique VIII (+1547).
Era hija de Ana Bolena, la segunda esposa de Enrique VIII y causa o materialización de la herejía protestante. Ana Bolena fue decapitada en la Torre de Londres en 1536, cuando Isabel tenía sólo 3 años, e Isabel fue declarada hija ilegítima o bastarda. Tuvo una infancia complicada, primero con su madrastra Jane Seymour, la tercera esposa, y luego fuera de la corte. Sin embargo, la sexta esposa, Catalina Parr, se apiadó de ella, y de su hermana María, y con su mediación, en el Acta de Sucesión de 1544, Enrique VIII la volvió a considerar sucesora legítima, ocupando el tercer puesto en la línea sucesoria, detrás de Eduardo (hijo de Jane Seymour) y María. Además, Catalina Parr les procuró una esmerada educación a los tres hijos de Enrique VIII, que Isabel, que debía ser la más inteligente, aprovechó muy bien, adquiriendo conocimientos de latín, teología, música e idiomas, nada habitual en una mujer de su época.
Isabel se parecía bastante a Ana Bolena, con su misma esbeltez, excepto en el polo rojizo, heredado de su padre. Era neurótica, enamoradiza, carismática y ferviente protestante. Y analizando su vida y su reinado, podemos decir que era una superviviente, hábil e inteligente.
Eduardo VI, que murió a los 15 años, tuvo la «ocurrencia» de declarar como su heredera a Lady Jane Grey, de 17 años, desposada con el hijo menor del Lord Protector (Regente), John Dudley, contraviniendo el Acta de Sucesión de 1544, promulgada por su padre. Jane fue coronada y depuesta pocos días después, cuando, apoyada por el pueblo, hizo su entrada triunfal en Londres María, que venía acompañada de su medio-hermana Isabel.
María reinó poco tiempo, apenas 5 años, casándose con Felipe de Austria, (Regente de los reinos de las Españas e inmediatamente Felipe II de España), que así fue rey consorte de Inglaterra e Irlanda, y cuñado de Isabel. Este casamiento con su sobrino (Catalina era hermana de Carlos V), católico ferviente, exasperó al pueblo inglés, y más aún las persecuciones de protestantes que María (Bloody Mary) desarrolló, y que ella pensaba que agradarían mucho a Felipe, que, por otra parte, realmente le hacía poco caso. El pueblo intentó deponer a María y colocar en el trono a Isabel, pero eso no llegó a producirse nunca hasta la muerte de María en 1558, aunque estuvo a punto de costarle la vida a Isabel, que pasó unos meses en la Torre de Londres, encerrada por María, siendo liberada al no poderse demostrar su participación en las revueltas.
La llegada de Isabel al trono fue recibida por los ingleses con alegría, ya que Isabel era mucho más popular que María. Enseguida las cosas se complicarían, debido a la presión de franceses y escoceses. En efecto, María Estuardo, reina de Escocia y prima de Isabel (era nieta de Margarita Tudor, una hermana de Enrique VIII), estaba casada con Francisco II de Francia (el hermano de Isabel de Valois). Inglaterra estaba en guerra con Francia y ésta apoyó las pretensiones de María Estuardo sobre el trono inglés, mientras entraban tropas francesas en Escocia. Isabel, muy a su pesar, tuvo que aliarse con Felipe II y participar en la Paz de Cateau-Cambrésis con Francia, de la que salió la boda de Felipe II e Isabel de Valois, que hemos estudiado en un post sobre la ópera Don Carlos.
Para no hacer demasiado prolijo el relato, y sentadas los orígenes de los problemas que existirán en el reinado, incluimos a continuación dos Video-Documentales que explican muy bien la vida de Isabel I y el marco de sus relaciones con su cuñado y enemigo Felipe II. En definitiva, los escoceses, las guerras de religión y España serán sus grandes obsesiones políticas. No querrá consentir que España tenga el dominio comercial de las relaciones con el naciente continente americano. Por todo ello, su reinado será un continuo hostigamiento a España, vía países interpuestos: Holanda, Francia y Portugal. Y finalmente enfrentamiento directo, a través de la guerra naval, en la que Inglaterra se convertirá en la reina de los mares por los siguientes 300 años, aunque fuese con la ayuda de «caballeros» piratas como Sir Francis Drake (pero también con la de muchos excelentes marineros).
Isabel I de Inglaterra e Irlanda
Para terminar, sólo unos apuntes más que nos interesan para comprender bien el marco histórico de la ópera Roberto Devereux :
- La Revolución de Irlanda: mientras Isabel guerreaba con España tuvo que enfrentarse a una rebelión en Irlanda, en una guerra de nueve años (1594-1603). En 1599 Isabel se vio obligada a enviar un ejercito de 17.000 hombres a Irlanda, mandados por el Conde de Essex, Robert Devereux, que fracasó en sofocar la rebelión. España mandaría tropas (3.500 soldados) para apoyar a los católicos irlandeses, pero finalmente los ingleses ganarán la batalla de Kinsale y consiguirán controlar la rebelión a principios de 1603.
- La lista de amantes de la Reina Isabel, a la que ella gustaba que llamasen La reina virgen. Desgraciadamente empezó muy joven, sufriendo los abusos de Thomas Seymour, ex-amante de la reina Catalina Parr, antes de casarse con Enrique VIII, y luego segundo marido de Catalina Parr, a los seis meses de la muerte de Enrique. Su gran amor fue Robert Dudley, Duque de Leicester, hijo del Duque de Northumberland, el que había intentado que Jane Grey fuera la reina (Robert era hermano del esposo de Jane, todos ellos decapitados). El último de la lista, muerto Leicester, fue el segundo conde de Essex, Roberto Devereux. De él hablaremos extensamente en el próximo post.
- La muerte de la Reina y la designación del sucesor: en marzo de 1603, muerto Essex, muerto William Cecil y muerta su buena amiga Catalina Howard, Condesa de Nottingham, la Reina estaba muy desanimada y decaída. Viendo que llegaba su hora, el día 23 se trasladó a su palacio de Richmond y se negó a que la trataran los médicos, ni tan siquiera a que la examinaran, permaneciendo de pie y en silencio varias horas. Se fue debilitando y en la madrugada del 24 de marzo murió, designando en su lecho de muerte al sucesor: su sobrino Jacobo, que sería Jacobo I de Inglaterra e Irlanda y VI de Escocia, que ya lo era por ser el hijo de María Estuardo. Se produjo así la unificación de las islas y de la familia.
En definitiva, una mujer inteligente y astuta, que, rodeada de gente que quería desposeerla del trono, se mantuvo en él 44 años, con el apoyo de su pueblo y rodeada de algunos hombres inteligentes y eficaces, como Lord Cecil, que fue su principal Consejero durante 40 años, o Walter Raleigh. Dio lugar a una era, la era isabelina, de prosperidad cultural y relativa estabilidad económica, en medio de una guerra que desangraba el país y las arcas del estado. Hacia 1598, en plena relación con el joven Essex, Isabel era, según uno de sus cortesanos
Una momia descarnada, cubierta de joyas. Calva, marchita y grotesca, pretendía ser aún, para sus súbditos, la encarnación de la virtud y la belleza perfecta
No podemos despedir esta entrega sin oir a Isabel, en la voz de la espléndida soprano americana Beverley Sills, decirle a su amiga Sara, la Duquesa de Nottingham, y hablando de Essex, que
Es decir, que su amor me hace feliz. Y eso es así, añado yo, aunque él sea 30 años más joven y, además, un insolente!